Aunque estas dos asociaciones de índole privada se parecen, no se mueven en los mismos sectores. La diferencia principal reside en que CEDRO gestiona determinados derechos de propiedad intelectual de tipo patrimonial de autores y editores de contenidos textuales como la repoducción, la transformación, la comunicación pública y la distribución de estos materiales. Mientras que SGAE vela por los mismos intereses pero de titulares diferentes: músicos, guionistas, directores, dramaturgos o coreógrafos.

 

Pese a ser organismos privados, es necesaria la autorización del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para llevar a cabo sus funciones y, por supuesto, deben atenerse a la normativa de la Ley de la Propiedad Intelectual.

 

Ambos promueven el uso legal de las obras de sus "asociados" con mayor o menor ahínco mediático y con intención de reeducar a la sociedad en estas cuestiones.